¿En qué casos optar por un fumigador de chinche en Reus? ¿Qué peligros entrañan estas plagas? ¿Cómo detectarlas? Resolvemos todas estas dudas en las siguientes líneas.
Las chinches adultas miden unos 5 mm de largo. En un principio tienen forma plana y ovalada y son de color marrón claro. Después, al alimentarse, se vuelven más redondas y oscuras. Sienten predilección por las zonas cálidas del cuerpo y por el dióxido de carbono. Por eso suelen aparecer en las camas. En concreto, en las costuras de los colchones, las grietas en el armazón de la cama, detrás del cabecero o donde la pared se une con el suelo.
¿Qué nos puede alertar de una plaga de chinches? Por ejemplo, ver manchas oscuras o negras en el colchón. No son sino los excrementos. Otra señal de alarma es un olor desagradable, derivado de una sustancia que segregan las chinches. Estos insectos provocan irritación por sus picaduras. Si son múltiples pueden llegar a provocar un sarpullido o dermatitis.
Señales de que hay una plaga de chinches
Las chinches pueden aparecer en cualquier sitio: los hoteles, los asientos de los trenes, autobuses, salas de espera de los aeropuertos… En Sedesa te recordamos que se propagan fácilmente y que su erradicación ha de quedar en manos de expertos. La plaga de chinches es una de las más difíciles de erradicar al 100%. Estos insectos pueden ser muy resistentes a los insecticidas. Además se reproducen de forma muy rápida. Por eso, la erradicación tiene que acabar con el 100% de los chinches. El calor seco a 50ºC es letal para las chinches por desecación. Pero sigue sin ser suficiente.
Lo primero es localizar los chinches, que normalmente se esconden en sitios de difícil acceso como grietas. La fumigación es uno de los métodos más eficaces. Se trata de aplicar químicos insecticidas que los eliminan al instante. Se aplican varios tipos de insecticidas al mismo tiempo para asegurar la efectividad del tratamiento. Todas las zonas de la casa pueden ser fumigadas: habitaciones, comedor, salón, cocina, baños, trasteros…